cálamo & alquimia® | @silviameave
El mensaje subliminal que contienen las listas de la revista Forbes es uno de los asuntos más grotescos que hay en la aldea global empobrecida por el capitalismo salvaje. No estoy muy segura de si tenemos que felicitar a los millonarios y poderosos por subir y bajar en el escalafón o si debemos indignarnos porque mientras ellos acumulan fortunas a costa de la expoliación del trabajo de millones de obreros, campesinos y siervos de cuello blanco, todos estos que estoy mencionando sobrellevan una calidad de vida neomedieval sin conexión con el mundo ultracivilizado que crean para sí los potentados.
En fin. Forbes juguetea con un ajedrez político, o mejor aún, con una partida de serpientes y escaleras bastante significativa para el establishment planetario, con la elaboración de sus super-listas que bien podrían ser como el “palomeo” de quienes manejan el mundo a nivel político y/o económico y financiero, por parte de los dueños del dinero.
Por eso resulta interesante que en su más reciente edición, la revista de negocios más famosa e influyente del mundo asegure que de entre 6 mil 800 millones de habitantes del planeta, sólo 68 importan porque -según el artículo que acompaña a la lista- son las personas que tuercen el mundo a su voluntad y ejercen su influencia sobre un número determinado de seres humanos. Mmmhh.
Vale como paréntesis comentar que la calificación de los lectores de Forbes para la lista sólo alcanzó las dos estrellitas, lo que puede indicar que la credibilidad de las listas va en declive; pero no por ello dejan de ser una referencia de cómo los barones de los capitales detrás del consejo editorial de la revista están construyendo al mundo en su peculiar ajedrez.
No es gratuito, entonces, que este año, el presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, haya sido destronado del primerísimo lugar del poder frente al mandatario chino Hu-Jintao, a quien los editores de Forbes le reconocen un mando dictatorial; y esto ocurre apenas un par de días después de la derrota demócrata en las elecciones intermedias de la Unión Americana. Está por demás decir que para los grandes capitales tiene más importancia un dictador perverso que un demócrata sincero.
Y el esquema se repite cuando Forbes concede más influencia al primer ministro ruso Vladimir Putin, hoy cuarto hombre más poderoso, a pesar de que cayó un lugar con respecto al año anterior, que al presidente de Rusia, Dmitry Medvedev, si bien éste va en ascenso.
Es interesante saber que en el circuito del poder mundial, sólo dos mexicanos tienen poder global: un empresario y un narcotraficante. Carlos Slim y Joaquín Guzmán Loera, alias El Chapo; aunque los dos van a la baja. Slim, en 2009 ocupaba el lugar número 6 y doce meses después está en el 21 puesto; en tanto que El Chapo se desplazó del incómodo para un macho mexicano sitio 41 al 60. Dinero y delito mueven a México, sin un solo estadista a la vista.
Dilma Rousseff, recientemente elegida como la primera presidenta de Brasil, aparece por primera vez en la lista, en el lugar 16, por encima de la secretaria de Estado de la Unión Americana, Hillary Clinton y del mandatario francés Nicolás Sarkozy. Únicamente Dilma y Sebastián Piñera, el multimillonario presidente de Chile, figuran entre los políticos latinoamericanos poderosos. El venezolano Hugo Chávez salió este año de la lista.
El papa Benedicto XVI subió como la espuma del lugar 11 al 5, en influencia global, según Forbes, y hasta el australiano Julian Assange, “provocador” editor en jefe de Wikileaks, tiene su rebanadita de poder, en el último lugar de la lista.
Por supuesto, la bandita de los nerds millonarios (Larry Page y Sergey Brin de Google, Mark Zuckerberg de Facebook y Robin Li de Baidu) le pisa los talones a los viejos lobos de la tecnología, Bill Gates y Steve Jobs; mientras que los bonos de Osama Bin Laden también están perdiendo fuerza, pues de estar en el lugar 37 el año pasado, hoy está en el 57.
Según se ve, en la feria de las vanidades de Forbes todo se vale y probablemente la presunta influencia de muchos nominados por la revista es puro marketing. Sin embargo, los ciudadanos globales ya tenemos una idea de quienes hacen el pastel para la fiesta y a quiénes habrá que reclamar que no a todos les toque una rebanada. <<>>
Related